Javier, estuvo estudiando cuáles eran los principales agentes desinfectantes para el ambiente, ya que no quería aplicar nada que pudiera dañar las tapicerías de los vehículos. Tras distintos estudios, detectó el ozono como el elemento conocido, más eficaz en la desinfección de ambientes.
El primer paso en este sentido fue una enorme y pesada máquina que se desplazaba sobre ruedas, y la probó no solo en vehículos, si no por petición de uno de sus clientes habituales, en un hotel. El hotel tenía un problema de humedades y estaba enmoquetado, necesitaba la desinfección y eliminar el mal olor.
Esta máquina actuaba como actúan hoy los cañones de ozono, mediante la saturación del ambiente y por tanto siendo incompatible con la presencia de personas. Fue tras realizar el tratamiento de desinfección en una de las habitaciones, cuando se dirigió al cuarto de baño junto al hall del hotel. Allí al ver la continua entrada y salida de personas, detectó que el reto estaba en desinfectar con ozono, pero esta vez, con una tecnología que lo hiciera compatible con la presencia de personas.
Tras muchas pruebas de ensayo y error, muchos años de investigación y desarrollo, apoyado en científicos, médicos, profesionales de la desinfección… fue en un viaje a un congreso del sector de la desinfección en Las Vegas (EEUU), donde al ver los tratamientos de ozono en el agua, dedujo que debido a su alto poder oxidante, el ozono actúa como microbicida no por saturación, si no por contacto. Por lo que diseñó la actual tecnología OOZBEIN Indoor Health Air, emitiendo una baja cantidad de ozono, aplicado desde el techo aumentando así su eficacia, actuando directamente sobre la masa de aire más cálida del habitáculo, donde se concentran el mayor número de aerosoles o contaminantes suspendidos en el ambiente.
Esta tecnología hoy está patentada, certificada y dispone del reconocimiento en su eficacia microbicida, del Departamento de Microbiología y Genética, Facultad de Farmacia, Universidad de Salamanca. Oozbein People se presenta hoy en el mercado como el primer ozonizador, colocado en el techo, compatible con personas.